En la semana que acaba de pasar sucedieron acontecimientos
impactantes, inolvidables e incluso históricos. Por esa razón vale la pena recordarlos,
dejando una huella en la memoria de la sociedad y de todos los venezolanos,
impregnándolos de cosas; unas positivas y otras no tan felices.
Los que vivimos en este paraíso tropical llamado
Venezuela no podemos estar contentos cuando leemos noticias como: “Los Roques se mantienen a oscuras por falla eléctrica”, ese
titular recorrió varios medios internacionales dejando entrever la grave
situación energética por la que atraviesa el país. Cada día el problema afecta
a zonas que deberían estar “blindadas”, por ejemplo, el archipiélago Los Roques
debería mantenerse como una joya, por ser el edén donde turistas nacionales e
internacionales van a olvidarse de la rutina citadina de sus respectivas
ciudades de origen. Pienso que este
asunto - además de ser un tema de negligencia, irresponsabilidad gubernamental
y otros detalles administrativos – radica en que no se tiene cultura para
querer lo que es de todos; lamentablemente cada día se pierde más el sentido de
aquella frase que fue implementada en los 80 como una campaña de
concientización: “Cuidar es querer”.
Y si de querer se trata tengo que hablar obligatoriamente de
Maickel Melamed, un venezolano que el pasado domingo se convirtió en el héroe
de todos al demostrar que no existe un sueño que resulte imposible. Maickel
logró conseguir uno de los retos que se había impuesto desde hace más de tres
años: culminar los 42 kilómetros del famoso maratón de Nueva York. Después de
más de 15 horas de caminata llegó a la meta donde lo esperaban alrededor de 500
personas que sintieron como suyo el logro del atleta. Melamed de esa forma unió
a todos los venezolanos de una manera especial, convirtiendo su triunfo en un
sentimiento nacional. Tomando sus palabras de una entrevista que concedió para
el canal del Estado VTV puedo decir que “La meta en Nueva York no la crucé yo
(Maickel), la cruzamos todos los venezolanos”. Esto da a entender la fortaleza,
la generosidad y el sentimiento de un hombre que ha logrado vencer todos los
obstáculos, enseñándole a todos los que gozamos de nuestras facultades que a
veces el problema radica en nuestra mente, en nuestra falta de ganas y de
voluntad.
Y para ir cerrando esta semana puedo reafirmar que con
voluntad todo se puede, sino que lo diga el pelotero grande liga Wilson Ramos,
quien el pasado miércoles fue secuestrado a las afueras de su casa en Carabobo
por un grupo de antisociales. Luego de tres días de mantener en vilo a los
medios de comunicación nacionales e internacionales, las autoridades dieron a
conocer que fue rescatado sano y salvo en un sector de la región central. Ojalá
el Gobierno nacional invirtiera tantas ganas, voluntades y esfuerzos para
rescatar, proteger y resguardar a todos los venezolanos como lo hizo con el
careta de los Nacionales de Washington. No quiero quitarle mérito a esta gran
noticia, pero “al Cesar lo que es del Cesar y al pueblo lo que es del pueblo”,
y es que todos merecemos seguridad y calidad de vida para no salir huyendo de
un país que no solo se está quedando a oscuras – literalmente hablando – sino en
una oscuridad de ideales sociales y políticos, que no solo empobrecen a la nación sino también el alma de cada uno de los que habitamos en este territorio de lo posible.
0 opiniones:
Publicar un comentario
Seguramente lo que se escribe acá también te generó opiniones, por qué no compartirlas.